
Durante años había luchado contra mi corazón, porque día con día crecía un sentimiento tan grande que no quería sentir porque tenía miedo a sentirme triste si me llegaban a lastimar, a sufrir por no ser correspondida, al abandono de la persona que pudiera ser importante para mí.
Siempre había sabido que el verdadero amor estaba por encima de todo eso, pero soy tan cobarde que me niego a la posibilidad de poder amar porque no quiero salir lastimada y terminar con un gran vacío en el corazón.
Lo que me llevaba a pensar que muchas veces es mejor morir… que dejar de amar.